Datos
de la autora:
Yésica Isabel Nieves-Quiñones
cuenta con un doctorado en psicología y otro doctorado en su amor por Puerto
Rico. Recibió su título como psicóloga
clínica de la Universidad Carlos Albizu luego de alcanzar un bachillerato en
psicología de la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Río Piedras. Su quehacer creativo lo categoriza como
romántico, nostálgico y presente.
Utiliza detalles reales en la creación de su fantasía. Es de hecho es este encuentro entre la
fantasía y la realidad la coordenada nórdica de sus escritos.
viernes, 22 de noviembre de 2013
Escuchar tu nombre, Andrés
Escuchar tu nombre, Andrés, en una conversación
cualquiera, supone mil malabares del Universo. Mientras ocurre se escuece el
propio silencio, tanto que se escucha su tristeza. Desaparece el murmullo, la
algarabía... y entonces ocurre que quedo suspendida en un aquí y un ahora que
me hace percibir hasta cómo van desapareciendo las ondas de sonido de cada
letra de tu nombre. Verás, Andrés, de a poco he ido logrando sacarte de mi
léxico. Te menciono cada vez con menos insistencia y con menos colores... tratando
de reducirte a blanco y negro. Ilógicamente, mientras más en blanco y negro
estás, más el Universo se empeña en inmiscuirte en las conversaciones más
cotidianas e irremediables de mis conocidos, posicionándome como receptora de
toda esa magia que eres capaz de esparcir en el mundo, en todos los mundos
posibles, menos en el mío. Escuchar tu nombre, Andrés, requiere de mí una
armadura inoxidable pero igual de terciopelo... inoxidable por tu capacidad de
quitarme y regalarme la vida en el mismo instante... terciopelo por tu
incapacidad de hacerme daño del todo. Y es que ya lo he entendido, Andrés, sólo
yo me vuelvo responsable por lo que eres capaz de hacer con mi vida, aun sin
ti. Andrés, escuchar tu nombre, en pleno noviembre, es recordar que no sólo existes
en mi vida. Existes. No te he imaginado. Quizás a eso quiere referirse el
Universo al mencionarte. A decirme que estos cortos y pequeños infinitos que
compartimos existieron aquí, en este aquí. Existieron, Andrés, como existen el
helado, los calendarios y la música de Los Rolling Stones; como existen mis
palabras, aún aquellas que no te he dicho. Existes, Andrés, me lo dicen los
recuerdos y tu nombre escrito en tinta azul en el libro que ayer hojié por
casualidad. Existes. No te he imaginado. -Yésica
Isabel Nieves © 2013
**Textos y fotografías pertenecen en su totalidad a Yésica Isabel Nieves
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